La trayectoria pictórica de Arturo Doñate se caracteriza por la experimentación con diferentes técnicas, por la inquietud de probar nuevos matices.
A veces simplemente hay que dirigir la mirada un poco más arriba, o quizás ahondar más en los detalles que nos rodean porque puede que nos estemos perdiendo una auténtica obra de arte.
El pincel de Arturo Doñate es inquieto, atrevido, se niega a enmarcarse únicamente en lienzos porque su creatividad va más allá. Por eso experimenta con nuevas técnicas y texturas. Tampoco entiende de límites de formato. Cuando Quini del Prado y Pedro del Prado, impulsores y creadores del restaurante italiano Lucciola de Vila-real (Castellón) le plantearon el reto de pintar un mural de 100 metros cuadrados, no pudo resistir la tentación de aceptarlo.
Para Del Prado, Doñate “ha sido una figura artística a seguir en todos los sentidos”, y destaca que “su fuerte es su personalidad, capaz de capear cualquier estilo y atreverse con cualquier técnica que se proponga”. Y esa confianza en el artista se tradujo en una libertad creativa absoluta para decorar el techo del edificio. “Fiel a un estilo naif”, como lo define Del Prado, Arturo Doñate siempre ha sido el artista "fetiche" de lo contemporáneo y vanguardista en nuestros alrededores, razón que motivó que lo eligiera para impregnar de personalidad a su pizzería.
Madrid "hierve" de actividad artística estos días y una de las razones es la celebración de la Feria de Arte JustMad 6. Escenario perfecto para mostrar las nuevas creaciones y las composiciones más vanguardistas del panorama nacional e internacional.
El Certamen Literario “Ciutat de Vila-real” entregó ayer el galardón creado por Arturo Doñate a Josep Lluís Roig Sala por su obra Resurrecció i mort de G. T.